Santa María Soledad Torres Acosta

2 de diciembre de 1826 - 11 de octubre de 1887

Feriado: 11 de octubre

María Soledad Torres y Acosta nació en Madrid el 2 de diciembre de 1826. Sus padres fueron Francisco Torres y Antonia Acosta. En esta familia nacieron un total de 5 hijos. Le pusieron el nombre de Manuela y la bautizaron como 'Antonia Bibiana Manuela'. Su madre y su padre tenían un pequeño negocio que vendía productos a turistas en la Plaza de España, en el centro de Madrid. María creció en un buen ambiente cristiano. Era una niña reflexiva, más interesada en pasar su propia comida a sus compañeros de juegos más pobres y en aprender sus oraciones que en jugar con ellos.

Estudió con las hermanas vicencianas y al ver la entrega total de estas monjas a los más pobres de los pobres, se entusiasmó con la vida religiosa. Pero ella estaba muy mal de salud y no fue aceptada en la comunidad. Solo a la edad de 25 años puede cumplir su deseo de convertirse en monja. Era conocida por su cuidado diligente y amoroso por los enfermos y los pobres. Se convirtió en la santa fundadora de las Hermanas Siervas de María, siervas de los enfermos, que tienen 126 casas en el mundo con 2.380 religiosas.

Alrededor de 1850 se sintió llamada a unirse a una orden religiosa privada y solicitó la admisión como religiosa secular en un monasterio dominico (no muy lejos de su casa), pero tuvo que esperar hasta que hubo lugar para ella. En 1851 supo de las gestiones de Miguel Martínez Sanz (servilleta de tercer orden), que era pastor en Chamberí. Martínez sugirió crear un grupo de siete mujeres que sirvieran a los enfermos y pobres de su parroquia en sus propios hogares, ya que estas personas a menudo no podían pagar una hospitalización adecuada. Torres se ofreció como voluntario para este trabajo y (con desgana inicial) Martínez la aceptó como el séptimo y último miembro de la orden que quería crear. El 15 de agosto de 1851, ella y sus seis compañeros dedicaron su vida a este servicio como grupo religioso, adoptando la costumbre religiosa de entonces; tomó el nombre religioso de "María Soledad".

En ese momento, la terrible epidemia de cólera llegó a Europa y los enfermos no cabían en los hospitales. Muchos de ellos fueron abandonados por sus familiares por temor a la contaminación. Fue entonces cuando María Soledad y sus monjas se multiplicaron por doquier para atender a los más desolados.

El fundador de la comunidad se fue a tierras lejanas como misionero y el sucesor creyó en historias y chismes y destituyó a Soledad del cargo de superiora. Se regocijó de poder parecerse a Cristo en el sufrimiento de la incomprensión y la persecución. Sus visitas a Jesús en el Santísimo Sacramento le dieron la fuerza para sufrir con paciencia y por amor a Dios. Entonces la verdad de todo esto salió a la luz y ella fue restituida a su puesto, y bajo su liderazgo su congregación se expandió admirablemente. El santo murió el 11 de octubre de 1887 a la edad de 61 años. Fue canonizada por Pablo VI en 1970.