Nuestra Señora Reina de la Paz

 El Salvador

Día festivo: 24 de enero

Esta fecha nos ofrece la oportunidad perfecta para reflexionar sobre el valor de la paz en nuestras vidas y cómo la Santísima Virgen María nos inspira a buscar la paz en un mundo a menudo marcado por el conflicto.

En El Salvador, la imagen de Nuestra Señora de la Paz se venera en la iglesia de San Miguel. Esta devoción se celebra principalmente en España y El Salvador, donde es su patrona. La Virgen María sostiene al Niño Jesús en su brazo izquierdo y una palma o rama de olivo en su brazo derecho, como símbolo de la paz.

El origen de esta devoción se remonta al siglo VII. Después del IX Concilio de Toledo, el arzobispo San Ildefonso, ferviente devoto de la Virgen María, acudió a la catedral para cantar maitines. Cuando entraron, vieron un resplandor brillante sobre el altar: la Santísima Virgen María había bajado del cielo y estaba sentada en su silla episcopal. La Madre de Dios habló con dulces palabras a su fiel servidor y promotor de la fe en su Inmaculada Concepción y le regaló una casulla, que allí se conserva.

Con este especial fin, la Iglesia de Toledo, a su muerte el 23 de enero del año 667, decretó que el 24 de enero se celebrara solemnemente en toda la archidiócesis el memorable descenso de la Virgen María a la catedral, pero el nombre y título de Nuestra Señora La Orden de la Paz le fue otorgada en el siglo XI, tras un acontecimiento histórico único.

Los problemas surgieron cuando Alfonso VI, rey de Castilla (España), reconquistó la ciudad de Toledo en 1085, que había sido tomada por los moros (musulmanes). Una de las condiciones del tratado de paz fue que el templo principal de la ciudad permanecería como mezquita para los moros.

Los cristianos consideraron esto indigno y trataron de tomar la catedral por la fuerza. Entonces sucedió algo extraordinario, que fue una señal para todos de que Dios había respondido sus oraciones. Los moros se dieron cuenta del peligro que corrían si continuaban el culto a Mahoma en la iglesia principal de aquella ciudad cristiana y prometieron devolver la catedral.

Grande fue el gozo del rey y de su pueblo, que vieron en esto la obra de la Divina Providencia. Al día siguiente, 24 de enero, fue tomada la catedral y la Virgen María de la Iglesia Metropolitana fue venerada en adelante como Nuestra Señora de la Paz, por haber restablecido la paz en el día de su festividad. En 1917, durante la Primera Guerra Mundial, el Papa Benedicto XV ordenó añadir a las Letanías Lauretanas la invocación "Reina de la Paz". La estatua se encuentra en la iglesia de San Andrés en Toledo.