Nuestra Señora del Camino

León, España (1505)

La tradición cuenta que un capitán, muy devoto de la Virgen del Camino, era natural de Villamañán, ciudad que fue tomada por los moros. El moro, que lo había encerrado cautivo todas las noches en un arca, lo encadenaba por temor a que escapara y lo obligaba constantemente a renegar de su fe.

Una noche, los aldeanos, al oír las campanas y sin saber qué sucedía, quedaron aterrorizados. Todos fueron a la iglesia, precedidos por el sacerdote, y encontraron al moro y al cristiano sentados en el arca, un milagro obrado por la Virgen.
El moro se convirtió al cristianismo y el arca y la cadena se guardaron dentro del antiguo santuario, venerados por los fieles. Hoy se pueden ver en el nuevo santuario, en la sala a la izquierda de la imagen de la Virgen.

 

Texto e imagen utilizados con permiso.
Fuente: “365 días con María” de Michael O'Neill

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