La Virgen que llora en Siracusa

 

La Santísima Virgen no apareció en Syracusa
Ella envió al pueblo sus lágrimas

Fiesta: 29 de agosto

Antonina Jannuso y su marido Angelo Jannuso se casaron y fueron a vivir y fueron a vivir a Siracusa provisoriamente con su madre y su hermano. Siracusa está en Sicilia, la gran isla que es el pie de Italia. Ellos eran muy pobres. Uno de los regalos de boda fue una placa de yeso de Nuestra Madre Celestial. Esta imágen había sido reproducida en masa en un estudio de la Toscana. Para cuando Antonina descubrió que estaba embarazada, parte de sus cambios físicos incluyeron toxemia que de vez en cuando le producía ceguera momentánea. Los doctores afirmaban que esto se debía al embarazo dificultoso y la aconsejaban de meterse en cama y no salir de allí. Antonina encontró un refugio en la plegaria, y su marido se le burlaba al respecto.

El 29 de agosto de 1953 ella empezó con retortijones espantosos que duraron mucho más de lo esperable. La gente que estaba con ella la urgía a que buscara a su marido y al doctor. De pronto la paciente se calmó. Antonina sufrió un ataque que la dejó ciega. Alrededor de las 8:30 su vista estaba normal nuevamente. En palabras de Antonina: “ Abrí mis ojos y miré a la imágen de la Santísima Virgen por arriba del cabezal de la cama. Para mi gran sorpresa la imágen estaba llorando.Llamé a mi cuñada Grazia y a mi tía Antonina Sgarlata que vino a mi lado señalando a las lágrimas. Al principio creyeron que se trataba de una alucinación debida a mi enfermedad pero cuando yo insistí y ellos se acercaron a esa placa pudieron ver claramente que habia lágrimas reales cayendo de los ojos de la Madonna, y que algunas lágrimas caian primero por sus mejillas y luego directamente a la cama. Aterrorizados llamaron a los vecinos, y ellos confirmaron el fenómeno..."

Su tía y su cuñada fueron testigos de este milagro. Todos los miembros de la familia fueron llamados y todos pudieron constatar el milagro. Antonia se quedó mirando a nuestra Madre Celestial por varias horas atestiguando el milagro, mientras que limpiaba las lágrimas que iban cayendo sin cesar. Primero fue con un pañuelo y luego con algodón. La “ Madonna “ lloró durante 4 días, desde el 29 de agosto al 1º de septiembre y atrajo a miles de peregrinos a Siracusa. Tres sacerdotes visitaron la casa durante ese lapso. Uno de ellos notificó al Tribunal de Siracusa, que reunía un grupo de distinguidos clérigos, cuatro hombres de ciencia y tres testigos de inmaculada reputación , para así formar una comisión investigadora. La comisión se reunió en la casa de los Jannuso la mañana del martes 1º de septiembre con el fin de estudiar el fenómeno y sacar una muestra de las lágrimas para ser analizadas. Luego del análisis se develó que las lágrimas tenían la misma composición química que las de orígen humano.

LAS LÁGRIMAS ERAN HUMANAS Y ESTO FUE DOCUMENTADO Y FIRMADO POR CUATRO DOCTORES

Ell cura párroco dió fé que los doctores juraron por la Biblia en cuanto a la veracidad de lo analizado. Los pedazos de algodón que habían enjugado las lágrimas de la Madonna que llora fueron enviados a varios lugares alrededor del mundo, y en muchos se produjeron varios milagros. Uno de ellos fue en España. La Santísima Virgen llora porque el mundo ya no reza más. Las personas ya no puede orar , porque están regidos y dominados por el orgullo y ya no se dirigen a Dios. La gente ya no se entrega a suplicar fervientemente al Espíritu Santo . Solamente confían en el conocimiento humano y en la ciencia, y no en Dios. La primera persona en experimentar un milagro fue tambien la primera en haber visto el llanto de la Virgen. Desde el momento en que Antonina Jannuso vió las lágrimas , se recuperó totalmente de una severa toxemia y más adelante en el tiempo dió a luz a un muy saludable hijo, el 25 de diciembre de 1953. El Arzobispo Baranzini ofició en el Bautismo del niño. La placa de “ La Virgen de las Lágrimas “ en Siracusa, Italia, fue aprobada para el culto el año siguiente por el Papa Pío XII : el 17 de octubre de 1954.

La Virgen de las lágrimas, en Siracusa